«Ser
creativo significa estar enamorado de la vida. Usted puede ser creativo
sólo si ama la vida lo suficiente para querer realzar su belleza, traer
un poco más de música a ella, un poco más de poesía a ella, un poco más
de baile a ella». – Osho

imagen::calber
“Cada
hombre, un artista” es un ensayo de Joseph Beuys, es el artista quien
decide lo que es arte. Todos, de alguna manera, somos artistas.
Fabricamos ideas y a veces, hasta tenemos la necesidad y la oportunidad
de mostrarlas en una exposición al resto del universo.

imagen::nicolás barahona
Esta “Semana del Arte en Madrid”
ha estado llena de emociones, una cita imprescindible para
coleccionistas y aficionados que buscan el arte de este siglo. Sin
embargo he conocido a un artista mexicano atemporal, en una galería me
han regalado una reproducción de uno de sus dibujos que ya he enmarcado.
Martín Ramírez (1895-1963) pintor autodidacta, pasó las últimas
tres décadas de su vida recluido, en silencio, en un centro psiquiátrico
en el norte de California. En 1930 le diagnosticaron esquizofrenia,
depresión aguda, catatonia y psicosis. Fue entonces cuando comenzó a
pintar de manera habitual. Sus dibujos se caracterizan por la inventiva
gráfica, la manipulación espacial (obsesionado por las puertas, arcos,
los espacios vacíos) y la mezcla de la cultura popular mexicana con la
experiencia del artista. Martín Ramírez está considerado, por su
originalidad, como uno de los mejores pintores autodidactas del siglo
XX.

Sin título (Hospital), c. 1954. Lápiz sobre pedazos de papel
Colección del Museo de Arte de Milwaukee.